Locus de control

Uno de los sistemas de clasificación más precisos que podemos encontrar es, sin lugar a dudas, el Eneagrama, que define con gran claridad cómo son los 9 tipos de personalidad y sus 27 subtipos, ayudándonos con ello a entender la naturaleza humana profundamente, tanto para posibilitar nuestro autoconocimiento y desarrollo personal, como para mejorar nuestras relaciones gracias al mejor conocimiento de los demás.

El Eneagrama es por tanto, también un método terapéutico muy efectivo, pues al comprender mejor la estrategia cognitivo-emocional y los sesgos de cada personalidad (patrones subjetivos e inconscientes), es decir, cada una de las 9 tendencias diferentes a la hora de filtrar la realidad, de sentir, de comprender y comportarnos, podremos crecer interiormente, construir relaciones más positivas y alcanzar nuestros objetivos también con mayor facilidad.

Muy relacionado con los patrones o sesgos perceptivos se encuentra la idea de Locus de control.

Locus de Control AutoGnosis

¿En qué consiste el Locus de control?

El psicólogo estadounidense, Julian Rotter, uno de los principales teóricos de la psicología conductista en el campo del aprendizaje social fue el encargado de acuñar el término de locus control para hacer referencia a la percepción subjetiva que tiene cada individuo acerca de las causas de los acontecimientos que suceden en su día a día, esto es, qué grado de control poseen frente a estos eventos, ya se trate de un suceso cotidiano sin trascendencia o, por el contrario, de una situación peligrosa o con repercusión.

Fue este psicólogo también quien estableció una escala de clasificación de lo que denominó locus de control interno o externo, en relación a la atribución de estas causas bien a factores internos, como nuestras decisiones o bien a factores externos, como la suerte o la existencia de un dios.

En este sentido, conforme a nuestro locus de control, confiaremos más o menos en el poder de nuestras propias habilidades a la hora de controlar los eventos que tienen lugar en nuestra vida y, a su vez, este grado de control, influirá a su vez en nuestra forma de interactuar con el ambiente y en nuestro comportamiento.

Si bien es cierto que la teoría de Rotter ha sido revisada posteriormente por otros autores y también ha sido objeto de algunas críticas, a priori, resulta una evidencia que, nuestras creencias, influyen en nuestras acciones y que nuestras decisiones cambian si creemos que los sucesos están bajo nuestro control personal o, por el contrario, dependen de alguna fuerza externa.

Es por ello que, la escala de medición de Rotter continúa siendo utilizada. Y, según esta escala, podemos diferenciar entre aquellas personas en las que predomina un locus interno y aquellas en las que predomina el locus externo de la siguiente manera:

Locus de control interno

Hace referencia a la percepción que tiene el sujeto cuando tiene la creencia de que los eventos suceden fundamentalmente como consecuencia de sus propias acciones, es decir, de que él mismo controla su vida.

Además, las personas en las que predomina un locus de control interno:

  • Valoran positivamente el esfuerzo y las habilidades personales
  • Creen en su responsabilidad personal.
  • Tienen autoconfianza y se sienten seguros al enfrentar retos
  • No son influenciables.
  • Se esfuerzan a la hora de conseguir sus metas, por lo que suelen tener mayor éxito en sus emprendimientos.
  • Físicamente son más saludables
  • Suelen ser personas más independientes y felices

Locus de control externo

Aquí, la percepción del sujeto, es la que los eventos ocurren a consecuencia de factores externos como la suerte, el destino, dios, el azar o las decisiones de otros. Estas personas creen que los sucesos no pueden ser controlados por esfuerzo o dedicación propia.

Además, las personas en las que predomina un locus de control externo:

  • Suelen atribuir tanto méritos como responsabilidades principalmente a otras personas.
  • Son más propensos al victimismo.
  • Si tienen éxito lo atribuyen a la suerte
  • Culpabilizan a los factores externos de sus circunstancias.
  • Suelen ser más irresponsables y propensos a experimentar indefensión aprendida.

No se sienten con capacidad de cambiar las circunstancias mediante su propio esfuerzo y pueden sentirse impotentes frente a las dificultades

El locus de control en los eneatipos viscerales (1,8 y 9)

El Eneagrama, además de mostrarnos las características fundamentales de cada tipo de personalidad, también nos muestra los comportamientos instintivos dominantes y secundarios de cada uno de estos tipos, así como los problemas fundamentales a los que se enfrenta cada eneatipo a  nivel cognitivo y emocional.

En este sentido, en relación con el locus de control, existen tres eneatipos que suelen presentar  problemas con las reacciones viscerales y el control de aquello que sucede a su alrededor, estos eneatipos son los; 8, 9 y 1, ya que, en ellos, aparece una necesidad de mantener el control total de su entorno y pueden sentirse mal o, incluso enfadarse cuando las cosas no se hacen como a ellos les gustaría que se hicieran.

Eneatipo 8

Uno de los principales sesgos del eneatipo 8 es precisamente la necesidad de control. El eneatipo 8 se esfuerza por resultar poderoso, por lo que en ocasiones puede resultar vehemente.

En el lado opuesto aparece la sensación de vulnerabilidad cuando no consiguen mantener ese control, una impotencia que puede llegar a transformarse en vehemencia o incluso, en arranques de excesos, tanto materiales como emocionales. Trasladando esto al locus de control, el eneatipo 8, aunque presenta una tendencia a un locus de control interno, debe aprender a manejar la ira y a aceptar las cosas tal y como son si no quieren pasar de estar reprimidos a sobre-accionar de forma agresiva. Por tanto, han de trabajar y aprender a canalizar su impotencia de manera más constructiva.

Eneatipo 9

En el eneatipo 9, el locus de control predominante aparentemente es el externo, no porque les preocupe la opinión externa, como en el caso de los eneatipos emocionales, sino por su problema a la hora de conectar consigo mismos, a definir su lugar en el mundo y a encontrar un propósito vital.

En este sentido, en su relación con el control, aparece el problema de la desvalorización, algo que puede llevarles a la apatía, haciéndoles ceder el control a lo externo.

A diferencia del eneatipo 8, en el caso de los 9, su forma de ejercer el control es mucho más suave,  les gusta crear rutinas y hábitos, buscan no estresarse, no quieren meterse en conflictos, por pereza emocional, y, aunque tienen la virtud de no meterse en líos, también tienden a acomodarse y a postergar las decisiones que les sacan de esa comodidad. Obsesionarse por conservar este estado de paz les mantiene en inercia y cuando se lleva al exceso dicha estrategia se vuelve  algo negativo.

Eneatipo 1

En el caso del eneatipo 1, la necesidad de control se manifiesta en su afán de perfeccionismo. El eneatipo 1 se encuentra en la necesidad de llevar la razón, de ser correcto, estar en posesión de la verdad, ser responsable, hacer las cosas bien, ser bueno, ser moral, ético, etc.

En este sentido, su locus de control sería interno, pero esta misma necesidad puede llevarles a vivir en una constante sensación de rigidez, percibiendo siempre que las cosas no están bien del todo, que podrían hacerse mejor o de otra manera.

A su vez, la rigidez, deriva en una gran tensión interna y un sentido crítico que puede llegar a ser nocivo, pues se ven forzados a ajustar la realidad a sus normas y parámetros, tanto a sí mismos como a los demás, lo que puede ocasionarles problemas en sus relaciones y su bienestar. Por ello, al igual que en el caso del eneatipo 8, los 1, deben aprender a aceptar la realidad tal cual es, soltando esa necesidad imperiosa de control.

En resumidas cuentas, cada tipo de personalidad con su visión de la realidad, se relaciona con una forma particular de ser, de sentir, de pensar y de comportarse. Y, ya sea en el ámbito del control, en el cual nuestra percepción del mismo ejerce una clara influencia en nuestro comportamiento y pensamiento, también en el resto de ámbitos de nuestra vida, ser capaces de conocer estos sesgos y características, resulta fundamental a la hora de profundizar en la naturaleza humana, tanto a nivel personal, como en el ámbito de las relaciones personales y de nuestra relación con el mundo.

Por este motivo, descubrir el Eneagrama, puede transformarse en una excelente guía para la auto-superación, el autocontrol mental y emocional y el cambio. Ayudándonos a mejorar nuestras relaciones sociales e íntimas y a trazar nuestros objetivos con mayor precisión y fundamento.

En AutoGnosis, escuela de Eneagrama y Autoconocimiento, podrás profundizar en estos saberes con sus cursos de Eneagrama 100% online, además de poder aprender otras herramientas como la Morfopsicología o el Estoicismo, con las que avanzar en tu crecimiento personal.

AutoGnosis es una escuela certificada de Eneagrama por la IEA (International Enneagram Association) dirigida por el psicólogo Alberto Peña Chavarino y que cuenta con otros formadores especializados en estas materias.

Puedes ampliar la información acerca de todos los cursos y formaciones en la Web o en el canal de YouTube.

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