Confusión entre eneatipo 4 y eneatipo 1

Una confusión bastante habitual en la identificación de los eneatipos es la que se produce con las personas eneatipo 4, que en no pocas ocasiones, son confundidos con el eneatipo 1.

De hecho, la experiencia en nuestra escuela, tras muchas consultas, es que hay muchas personas eneatipo 4 que llegan mal identificadas y creyendo que son un eneatipo 1.

Una de las causas más frecuentes de esta confusión del 4 con el 1 es porque, a priori, ambos pueden proyectar una imagen de “perfección”, pero en el caso del eneatipo 4 esto se trata unicamente de una manera de ocultar su sensación de disfuncionalidad, puesto que entre las mayores necesidades de este eneatipo se encuentra su constante búsqueda de realización personal, de individuación; una necesidad de encontrarse a sí mismo y convertirse en la persona que cree que debería ser.

Tanto en el eneatipo 4 como en el 1, existe una búsqueda de coherencia personal, aunque con matices diferentes. En el eneatipo 1, esa necesidad de coherencia se asienta en lo moral, mientras que en el eneatipo 4, se trata de una búsqueda congruencia que le lleve a sentirse realizado. Esto se traduce a veces también en una enorme autodisciplina y autocontrol.

Es habitual que las personas se identifiquen más con las sensaciones las conductas y que su percepción sea más la de sentirse identificado con los rasgos de sus flechas que con las de su eneatipo dominante. En el caso del eneatipo 4, suele ser bastante frecuente que se sobreidentifique más con los aspectos del uno, pues suelen ser más llamativos que sus rasgos propios. Y en este sentido, muchos 4 asumen como primarias, características propias de eneatipo 1, como la rigidez y el perfeccionismo.

Otro motivo de confusión habitual en la identificación del eneatipo 4 son las explicaciones desacertadas que se ofrecen acerca del mismo, por parte de algunos autores o docentes de Eneagrama, que presentan a este eneatipo con una imagen de “víctima”, metida en sí misma, con tendencia a la tristeza o la melancolía. Si bien, es cierto que, el 4, no está exento de dramatismo y, en ocasiones, presenta una cierta “ciclotimia” emocional y una gran intensidad en su forma de sentir, que le lleva a pasar de la más inmensa alegría a la desesperación, lo cierto es que en muchos casos, las personas eneatipo 4 son personas muy enérgicas, alegres y felices, que quieren vivir vidas originales, vivir al máximo y vivir enérgicamente. En estos casos, suelen ser mal identificados con otros eneatipos, como el eneatipo 7 o el eneatipo 1.

En el eneagrama ortogonal, tanto el eneatipo 4, como el 1, pertenecen junto al eneatipo 7, al grupo de los denominados “eneatipos idealistas”, esto también puede originar cierta confusión, pues este grupo se caracteriza por presentar sensaciones similares, aunque no por las mismas motivaciones.

En este sentido, mientras que la tendencia al idealismo del eneatipo 1 viene marcada por la perfección moral, en el cuatro, su principal motivación parte de una búsqueda de sentirse genuino. Es decir, mientras que en el eneatipo 1, este idealismo tiene que ver más con un tema externo, de moralidad, en el enetipo 4 tiene que ver más con un impulso emocional interno.

Cuando nos comprometemos a trabajar con nosotros mismos, podemos comenzar a crecer y a curarnos de todo aquello que nos bloquea y nos daña.

El autoconocimiento, no solo nos ayuda a adquirir una mayor consciencia a todos los niveles, también nos ayuda a centrar nuestra energía en aquellas metas u objetivos que anhelamos de forma mucho más realista y equilibrada.

Sin lugar a dudas, ese camino, nos exige un esfuerzo, pero con cierta disciplina todo es posible y, cuando comiences a descubrir la libertad que provoca saber quiénes somos y hasta dónde podemos llegar, seras capaz de cultivar relaciones más saludables con los demás y, por supuesto, una relación mucho más sana contigo mismo.

El eneatipo 1 ha sido denominado por algunos autores como el “reformador”, este adjetivo también puede ser, en ocasiones, motivo de confusión con el eneatipo 4.

Es cierto que ambos eneatipos tienen una tendencia a querer cambiar las cosas, pero de nuevo, los matices son importantes, puesto que, mientras que en el eneatipo 1, la motivación de este deseo de cambio parte de un deseo de “corregir” el mundo, de hacerlo más perfecto o correcto, desde el punto de vista moral, el eneatipo 4 desea cambiar el mundo a fin de hacerlo más bello. En este aspecto, el 4 no sería un reformador como tal, sino un “diferenciador”, que desea obtener de las cosas su aspecto más genuino, original o creativo.

Tanto en el eneatipo 1 como en el 4 puede aparecer un sentimiento de imperfección, pero debemos tener claro que, para el eneatipo 1, este sentimiento que le lleva a la autocrítica y ala rigidez, tiene que ver más con la corrección, con no equivocarse, con que las cosas sean “como deben ser”. Por su parte, en el eneatipo 4, es la sensación de disfuncionalidad la que le lleva a sentirse fuera, a sentir que no encajan y a tratar de compensar esta sensación mediante mecanismos similares a los del eneatipo 1.

Esta búsqueda de perfección en ambos eneatipos también tiene un importante matiz diferenciador, puesto que, en el eneatipo 1, como ya hemos comentado, se trata de una necesidad de corrección a nivel moral, mientras que para el eneatipo 4, existen un afán diferenciador, una búsqueda de distinción, de originalidad y de correspondencia con aquello que ellos piensan que deberían ser.

Tampoco la tendencia a la autocrítica en ambos eneatipos tiene un mismo origen, pues para el eneatipo 4, surge normalmente de esa necesidad de sentirse genuino, o de no llegar a sentir que eso que desean ser, se corresponde con lo que son. El eneatipo 4 es, en este sentido, un duro juez de sí mismo, pero desde un punto de vista muy diferente al eneatipo 1, cuya autocrítica surge de una necesidad de sentirse impecable o correcto, a fin de que nadie le pueda señalar que se ha equivocado.

La rigidez de ambos eneatipos también tiene un matiz bien distinto. Al igual que con el sentimiento de perfección o con la autocrítica, en el eneatipo 4, esta rigidez parte de su necesidad de coherencia interna, mientras que en el eneatipo 1, la motivación principal es la de cumplir con las normas a fin de que las cosas sean “como deben ser”.

La diferencia entre fundamental entre el 1 y el cuatro es la motivación principal que mueve a ambos eneatipos y que, curiosamente, aunque nos lleve a poder confundirlos, es muy distinta en cada uno de ellos. Mientras que el eneatipo 1, parte de un deseo de controlar su entorno mediante el perfeccionismo, el idealismo, o la necesidad de corrección y moralidad, a la contra, las personas eneatipo 4, desean normalmente “ir a contracorriente”, diferenciarse y, es esa misma motivación, la que provoca en ellos sensaciones de “no pertenencia” o de distinción, como si siempre se sintieran un poco como un “pez fuera del agua”, algo que puede llevarles a adoptar mecanismos similares a los del eneatipo 1.

En cualquier caso, esperamos que te haya servido este pequeño resumen acerca de estas confusiones tan frecuentes a la hora de diferenciar al eneatipo 4 y su habitual confusión con el eneatipo 1.

No dejes de verlo y saca tus propias conclusiones.

¡Esperamos que sea de tu agrado!